La grandeza de su gloria

"Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él" - Evangelio según Juan 2:11

Este fin de semana y el inicio de año ha estado personalizado, como de costumbre, por las recurrentes fiestas. Por un lado, las Fiestas de la Calle San Sebastián y por el otro, los días de fiesta que dan la bienvenida al Año Nuevo. Si nos dejan en Puerto Rico estaríamos de fiesta siempre. Dicho esto, el texto que nos ocupa hoy es uno donde la fiesta no pasa desapercibida, en el relato de la bodas de Caná.

Este pasaje nos lleva a resaltar y considerar la grandeza de la gloria de Dios en varias dimensiones. En primer lugar, si consideramos que lo que se relata es lo sucedido en una boda, podríamos concluir que había un ambiente festivo y de celebración por la nueva familia que une sus vidas. Sin embargo, el motivo de celebración era un poco mayor. La esposa ahora vendría a formar parte de la familia del esposo y viceversa. Podemos identificar con esto que la grandeza de la gloria de Dios tiene como uno de sus elementos afirmar que somos parte de una nueva familia, la familia de Dios. El ser nosotros, la iglesia, parte de esa familia nos lleva a pensar que como buen Padre, Dios desea que nos relacionemos de manera íntima y personal con él.

Otro elemento que hallamos en el texto es el diálogo de Jesús con su madre. El vino se ha acabado y Jesús alude que no ha llegado su hora, es decir su muerte. Ante esa respuesta, María solicita a los ujieres que están atendiendo la fiesta que hagan caso a toda palabra que Jesús les diga. Los eruditos bíblicos expresan que esta frase utilizada por María tiene una importancia particular, ya que con ella desea decirles que la palabra que sale de los labios de Jesús tiene la misma autoridad que las palabras (dabar) que Dios pronunció en la antigüedad. Por consiguiente, la grandeza de la gloria de Dios está en que se nos revela por medio de su Palabra.

Finalmente, podemos ver como la grandeza de la gloria de Dios llega a su manifestación suprema cuando utiliza las seis tinajas para confrontarnos con nuestra realidad pecadora, imperfecta, impura, etc. frente a la gracia irresistible de Él. Lleva las tinajas de agua nueva que purifica y limpia, para luego ser transformada extraordinaria y milagrosamente en vino, no solo como el anticipo de la misión escatológica de Jesús sino lo que eso significa. La sangre derramada purificaría y salvaría de todo pecado. Interesantemente, el versículo 11 nos dice que ese principio de señales fueron realizados por Jesús para que (1) fueran testigos de su gloria y (2) para que los discípulos creyeran en él. Amada iglesia, que el Señor nos conceda siempre dar testimonio de la grandeza de su gloria.