Dándonos a entender

"Esto dijo dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme."
Evangelio según San Juan 21:19

De niño me enseñaron la siguiente frase: "al buen entendedor, con pocas palabras bastan". Ustedes y yo hemos ido conociéndonos por los pasados seis meses y saben que mis sermones son breves. Esto se debe a que si no logro comunicar algunas ideas en breves palabras, mucho menos lo lograré con muchas. El texto bíblico de hoy (Juan 21:15-19) no invita a ver las breves, pero profundas palabras de Jesús y la enseñanza para cada uno de nosotros en nuestros días.

Hay unas probabilidades altísima, de que la conversación entre Jesús y Pedro no se hallada dado en privado y sí en el entorno de la mesa y bajo la mirada del resto de los discípulos presentes. Este es el famoso relato de la confrontación de Jesús a Pedro, al preguntarle en dos ocasiones, ¿me amas? y en una ocasión, ¿me quieres? En las primeras dos instancias,  la pregunta va dirigida a la fe personal de Pedro. La palabra en griego para el amor, utilizada por Jesús, es ágape (amor divino). El tipo de amor en el que los judíos eran formados, "Oye, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas." (Mc. 12:29-30). Es decir, Jesús está procurando de Pedro una respuesta personal de amor a Él, y Pedro le responde afirmandole que lo quiere. La palabra griega que utiliza para querer, es filial (amor de hermano). Por lo tanto, Jesús está dándole a entender a Pedro que está bien distante de lo que es amarle genuinamente. Por eso culmina, preguntándole a Pedro por tercera ocasión. La respuesta de Pedro era de esperarse, se entristeció. Algunos eruditos entienden que ese momento de tristeza se debió a que Pedro recordó el momento cuando Jesús le dijo que le habría de negar en tres ocasiones y así mismo sucedió.

El texto bíblico concluye, cuando Jesús le indica a Pedro que llegará el momento donde los años le pesarán y vendrán situaciones difíciles, hasta el punto de enfrentar la muerte a causa de Cristo. Pero aún en la experiencia difícil y de muerte, en nombre del Señor sería glorificado. Luego de finalizar con estas palabras, Jesús invita, nuevamente, a Pedro a seguirle. He aquí la mejor manera de Jesús darse a entender a Pedro y sus discípulos presente. Tiene que confiar y depender de mí, les enseñó el Maestro. Permítanos el Señor, que nosotros podamos entender, también, lo que él desea para cada una de nuestras vidas. Amén.