Enfrentando el futuro

"Y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás."
Lucas 24:9

Pienso que a todos nosotros el futuro, lo que viene, nos causa incertidumbre o ansiedad. La ansiedad podríamos definirla como la manera en la que reaccionamos ante eventos de sobrevivencia. Estas maneras de reaccionar pueden ser: el miedo, la ira, la tristeza, la felicidad, etnre otras. El tiempo que nos ha tocado vivir como pueblo es uno de sobrevivencia, por eso, quizás, algunas de estas reacciones son muy comunes para nosotros ante las situaciones que conocemos y que nos rodean.

Hoy estamos celebrando el Domingo de la Resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Día donde el pasaje leído nos invita a enfrentar el futuro de distintas maneras y reconocer lo que éramos antes de reconocer por fe al Cristo resucitado. El relato nos enseña que unas mujeres iban camino al sepulcro a enfrentar el futuro, un futuro sin Jesús, un Jesús muerto. Es decir, el Maestro que le había impartido enseñanzas en el camino, ya no estaría. El hombre que fue vilmente castigado y colgado del madero en el Calvario, ya no estaría en la cruz. El muerto que fue bajado de la cruz y llevado al sepulcro, ya no se encontraba allí. Enfrentar el futuro sin Jesús, es caprichoso, egocéntrico... Digo esto, porque aquellas mujeres se acercaban al sepulcro para cumplir con lo establecido en los ritos de la sociedad judía, sin embargo, no se acercaron demostrando el conocimiento de las lecciones impartidas por Jesús en su ministerio, a los que le seguían. Lo grandioso de estoes que nuestra realidad espiritual con el Señor cambia al momento de tener un encuentro con el resucitado. Tal cual les ocurrió a aquellas mujeres, la pregunta hoy es: ¨¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado.¨ La reacción, luego de escuchar las palabras, fue salir del sepulcro vacío, llenas del poder de la Palabra de Dios para enfrentar el futuro ante los discípulos que se encontraban reunidos. A ellos le compartieron la experiencia del sepulcro, y como en otras instancias que nos ha tocado vivir, hay diversas reacciones: los que creen y los que no creen. Ese fue el caso aquí, la gran mayoría no creyó y las tildó de ¨locas¨; mientras que Pedro, el que le negó, salió corriendo de aquel lugar para confirmar las palabras de aquellas mujeres, para encontrarse con el sepulcro vacío y tener un encuentro con el Cristo resucitado, con el que no está muerto, sino que vive. ¡El Señor ha resucitado! y nos ayuda a enfrentar el futuro. Amén.