Confesando nuestra fe histórica

"Todo el consejo de Dios tocante a lo necesario para su propia gloria y para la salvación, la fe y la vida del ser humano, consta expresamente en la Escritura, o de ella puede deducirse por buena y necesaria consecuencia. Jamás deberán añadírsele ni nuevas revelaciones del Espíritu no tradiciones humanas. Sin embargo, reconocemos que es necesaria la iluminación interna del Espíritu Santo para la comprensión salvífica de las cosas que son reveladas en la Palabra. Reconocemos además que existen algunas circunstancias tocante a la adoración a Dios y el gobierno de la Iglesia, comunes a las acciones y asociaciones humanas, las cuales hay que ordenar según la luz de la naturaleza y de la prudencia cristiana y de acuerdo con las reglas generales de la Palabra, las cuales siempre hay que acatar."
Confesión de fe de Westminster 6.006