Confesando nuestra fe histórica

"Cada quien debe confesar en privado sus pecados a Dios, pidiéndole que se los perdone; por lo cual, al desecharlos, hallará misericordia. De la misma manera, quien escandalice a su hermano o a su hermana, o a la Iglesia de Cristo, debe estar dispuesto a declarar su arrepentimiento a los ofendidos por medio de  confesión privada o pública, y con pesar por su pecado. Entonces, los ofendidos deberán reconciliarse con quien les ofendió y aceptarle en amor."
Confesión de fe de Westminster 6.086