La promesa de Dios a través del letrero

¿Tienes algún apodo con el que seas mayormente conocido por otros? ¿Cuáles fueron las circunstancias, si alguna, que movieron a que te pusieran ese apodo? En el caso de Jesús, era llamado: "Rabi, Maestro, Señor, etc." Sin embargo, fue Pilatos quien le preguntó a Jesús si era el "Rey de los judíos" (Jn. 18:33). Luego, él mismo hace alusión a Jesús, por segunda ocasión, como el "Rey de los judíos" (Jn. 18:39) ante los judíos. Ahora lo tenemos ante nosotros, por tercera ocasión, haciendo la misma referencia, la única diferencia es que lo plasma en un letrero. A lo que le añade: "Jesús nazareno". Analicemos entonces, la frase colocada en el letrero en los tres idiomas principales de la antigüedad (hebreo, griego y latín): "Jesús nazareno, Rey de los judíos".

En primer lugar, Pilatos teniendo un claro conocimiento de la demografía judía, sabía que de Nazaret (ciudad de Galilea) no  podía salir nada bueno (Jn. 1:45-46). Es decir, Jesús, habiendo salido de un lugar pobre y de poca cultura, ¿podria ser tan grande como para ser considerado "Rey"? Segundo, la frase: "Rey de los judíos", nos permite meditar en dos perspectivas: (1) cómo es posible que Jesús pueda ser Rey, si los romanos tienen al César, y (2) para los judíos, Jesús, no ha cump
lido con los requisitos del Mesías prometido. Una burla clara y abierta hacia la persona de Jesús, el hijo de Dios.

Lo que no podemos negar ni eludir es la promesa de Dios que hallamos en la frase contenida en el letrero. Por una parte, Dios nos promete una nueva oportunidad de vida a través del sacrificio de Jesús en la cruz. Esto es así, gracias a que antes nosotros no teníamos ningún tipo de valor, estábamos muertos, y ahora, Dios nos ha dado vida a través de Cristo (Rom. 3:23-25). Por otro lado, el mensaje del letrero, al estar en tres idiomas de importancia, nos deja a nosotros como exhortación que la buena nueva del Evangelio tiene que trascender la religiosidad de cada uno de nosotros (hebreo), impactar los aspectos de la vida común del pueblo (latín) e involucrarse en la articulación de la fe (griego). La promesa de Dios a través del letrero es un reto para que la Iglesia continúe proclamando la Sola Fe en Cristo en todo tiempo. Así nos ayuda Él.