Por el amor de Dios

Texto bíblico: Juan 14:15-21

Alguna vez nos llamaron la atención con la frase: "por el amor a Dios". Usualmente, era utilizada para resaltar una conducta que no era buena. Es decir, una manera de nosotros comportarnos que no era del agrado de nuestros superiores. Hoy, nos acercamos a una perícopa, o porción bíblica, que nos invita a no mirar nuestra conducta, sino a mirar el amor de Dios hacia nosotros y cómo el afirmar eso nos permite vivir de una manera que le honre.

Aquí el evangelista intenta resaltar en labios de Jesús algunas cosas: (1) el amor de Dios ha de ser compartido con todo el mundo, (2) la respuesta al amor de Dios es guardar los mandamientos y (3) el producto del amor de Dios es la afirmación de que a través de su Espíritu estará con nosotros por la eternidad. Veamos con detenimiento.

Los judíos tenían muy clara la afirmación del Shema Israel (Dt. 6:5-9), pero también los discípulos del Señor habían escuchado sobre la manera de entender el amor (Jn. 13:34-35). No se puede amar a Dios, sino se ha experimentado el amor de Dios en el sacrificio de su Hijo en la cruz. Por otro lado, el amor de Dios nos invita a guardar sus mandamientos, no pensando en que siguiéndolos y cumpliéndolos cabalmente, conseguiremos la salvación, sino que nos sirven de guía para vivir vidas que honren y agraden a Dios. Por último, el amor de Dios es tan grande que nos ha dejado su Espíritu que nos permite afirmar que no estamos solos, que Él está con nosotros y que no nos abandona. Qué bueno es saber que Dios nos ama y desea que le amemos como Él lo hizo primero. Amén.