Remontarnos a los que anduvieron primero que
nosotros en la historia de la Iglesia, nos debe mover a la gratitud hacia Dios.
Al repasar sus vivencias, no podemos otra cosa que decir que respondieron al
llamado de Dios y caminaron en ruta al propósito de Dios en sus vidas. De igual
manera sucedió con el apóstol Pablo camino a Damasco. Fue de ese caminar que
nació el pregonero de los gentiles, quien se atrevió a dejar en el pasado su
ropaje farisaico.