Confesando nuestra fe histórica

"El Señor ordenó a su pueblo antiguo aplicar el mayor cuidado posible en instruir apropiadamente a la juventud, y aún desde la infancia. Él también ordenó, expresamente en su Ley, que debían enseñarles y explicarles los misterios de los sacramentos. Es bien sabido por los escritos de los evangelistas y de los apóstoles que Dios no tiene menor preocupación por la juventud de su pueblo nuevo al declarar abiertamente: "Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios" (Mr. 10:14). Por lo tanto, los pastores de las iglesias obran con la mayopr sabiduría cuando catequizan temprana y cuidadosamente a la juventud, echando los cimientos de la fe y enseñando fielmente los rudimentos de la región al exponer los Diez Mandamientos, el Credo de los Apóstoles, el Padrenuestro y la doctrina de los sacramentos, con otros tales principios y figuras destacadas de nuestra religión. Que la iglesia muestre su fe y diligencia trayendo los niños para ser catequizados, ansiosa y gozosa de tenerlos bien instruidos."
La Segunda Confesión Helvética 5.233