viernes, 23 de agosto de 2013

Jóvenes vencedores y firmes

"Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno" - 1ra de Juan 2:14

Este domingo pasado celebramos el Día de la Juventud y separamos un tiempo para interceder por los jóvenes presentes, por los que han estado en medio nuestro y hoy no están, y por los que se encuentran a la distancia. Fue un momento muy especial. La juventud sigue siendo el principal tema de conversación en el contexto de la iglesia, y no es para menos. Cuando miramos las estadísticas sobre los índices de violencia (dada o recibida), el uso de sustancias controladas, las conductas sexuales indebidas, etc., observamos la vulnerabilidad en la que se encuentran nuestros jóvenes.

Ahora bien, el texto que seleccionamos para meditar (1ra de Juan 2:12-14) es uno donde el escritor (Juan) invita al lector a que esté consciente de sus etapas, no solo de crecimiento, sino de su desarrollo en la fe. Por tal razón, comienza aludiendo a los hijos, luego a los padres y finaliza con los jóvenes. Tiene una razón lógica. (1) Cuando se refiere a los hijitos, quiere resaltar que hubo una etapa donde estábamos incapacitados de responder apropiadamente a la voz y al reclamo de Dios. Por cuanto somos hijitos estamos inhabilitados de corresponderle por nuestra naturaleza caída. Sin embargo, Dios nos perdonó todos nuestros pecados en Cristo, aún siendo hijitos. (2) Los padres son el componente de la familia que brinda confianza a los suyos, que educa y conoce a sus integrantes. Ese ejemplo de familia y de relación, lo utiliza el escritor para que reconozcamos que Dios desea que nos relacionemos con él en comunión. Por lo tanto, los padres tienen que estar conscientes de su rol protagónico de formación cristiana en sus hijos. (3) Los jóvenes, motivo de la celebración de este día. Ellos habiendo sido perdonados cuando eran hijitos y formados en las relación con Dios por sus padres, están llamados a utilizar cada una de las herramientas recibidas en la fe para la lucha de la vida y poder salir airosos ante los ataques de Satanás. Aunque, el maligno no puede dañar a aquellos que descansamos y confiamos en el Señor, lo cierto es, que la realidad ineludible reside en que él busca las maneras de persuadir a todo creyente, para que desobedezca a Dios.

Un joven vencedor y firme es aquel que confía en lo que Dios hizo por él en Cristo. Un joven vencedor y firme es aquel que tiene una buena comunión con sus padres, pero sobretodo con el Padre celestial. Un joven vencedor y firme es aquel que sabe que la vida es dura y difícil, pero que sostenido en la fe y tiene el valor y la voluntad necesarias para enfrentar al maligno todos los días. Permítanos Dios continuar siendo testigo, de ver como se desarrollan entre nosotros JÓVENES VENCEDORES Y FIRMES.