Confesando nuestra fe histórica

"DISCIPLINA. Y puesto que la disciplina es una necesidad absoluta en la Iglesia, y en los tiempos de los primeros padres, se apeló a la excomunión, y entre el pueblo de Dios había juicios eclesiásticos en los que se ejerció esta disciplina por personas santas y piadosas, toca también a los ministros regular esta disciplina para edificación, de acuerdo con las circunstancias de tiempo, situación pública y necesidad. En todo tiempo y en todo lugar hay que observar la regla de que todo debe ser hecho para edificación, decente y honorablemente, sin oposición ni pugna. Porque el apóstol testifica que la autoridad en la Iglesia le fue dada por el Señor para construir y no para destruir (2 Co. 10:8). Y, el Señor mismo impidió arrancar la cizaña en el campo del Señor, porque había peligro de arrancar, junto con ella, el trigo (Mt. 13:29ss)."
La Segunda Confesión Helvética 5.165