Jugando al esconder

Texto: Mateo 5:14-16

¿Cuántos de nosotros hemos jugado al esconder? Pienso, que alguna vez, en nuestra niñez lo jugamos. A veces pensamos que podemos jugar al esconder con el Señor y, más aún, hacemos intentos fallidos por evadir la responsabilidad que tenemos ante Él como sus hijos e hijas. Aprovechemos estas próximas semanas para seguir escuchando sus enseñanzas.

Recordemos que este sermón que Jesús ha comenzado con las "Bienaventuranzas" culmina en el capítulo 7, por lo tanto, todavía queda mucha enseñanza que él desea compartir con su núcleo más cercano de discípulos. De hecho, la porción de hoy, es una donde Jesús utiliza como ejemplos unas imágenes que no hacen sentido ni tienen lógica. Por ejemplo, en el versículo previo a esta perícopa (v.13) Jesús hace alusión a la sal, que se vuelve insípida. No tiene lógica esa imagen. ¿Cómo es posible que la sal deje de ser sal? ¿Cómo la sal puede dejar de salar algo? Simplemente, Jesús está exhortando, a sus discípulos a que el mensaje previamente compartido en las "Bienaventuranzas" no se puede esconder, hay que salir a compartirlo. Por otro lado, en esta lectura tenemos la imagen de la luz y sus implicaciones son las mismas. ¿Será posible que una ciudad al tope de una montaña no pueda ser vista? ¿O una vela a la que se le coloca una vasija encima pueda alumbrar? 

En resumen, el mensaje que Jesús desea llevar a este grupo de discípulos es que hay que salir y dar testimonio, sin temor ni miedo. Además, el dar testimino, o ser luz, debe ser producto de un corazón agradecido y "bienaventurado", que ha sido alcanzado por la gracia de Dios. Curiosamente, si estudiamos los evangelios con detenimiento nos daremos cuenta que luego del Señor haber resucitado encontró a estos mismo discípulos encerrados en una casa, es decir escondidos (Jn. 20:19). No estamos llamados a jugar al esconder, hemos sido llamados a para "así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." (v. 16). Qué así sea. Amén.