Confesando nuestra fe histórica

"La única revelación suficiente de Dios es Jesucristo, la Palabra encarnada de Dios, de quien el Espíritu Santo testifica singular y autorizadamente por medio de las Santas Escrituras, las cuales se reciben y obedecen como la palabra escrita de Dios. Las Escrituras no son un testimonio entre otros, sino el testimonio sin par. La iglesia ha recibido los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento como testimonio profético y apostólico, en el cual ella escucha la palabra de Dios, y por el cual su fe y obediencia se sustentan y gobiernan."
La Confesión de 1967, 9.27