Con deseos de averiguar

Texto bíblico: Juan 14:1-14

Hay una adivinanza muy conocida que dice: ¿cuál es el ave que está pendiente a todo lo que le rodea? El AVE-RIGUAO.  De hecho, usualmente, cuando vamos en el carro por una de nuestras autopistas y encontramos tapón, la mayoría de las veces es a causa de un accidente y está el averiguao pegando freno y buscando, mientras guía, armar la historia de lo que sucedió.

El texto que hemos considerado, nos invita a averiguar o prestar atención a la enseñanza que Jesús desea que comprendamos. En primer lugar, comienza diciendo "en la casa de mi Padre muchas moradas hay", por lo cual nuestro corazón no se turbe. ¿A qué se refiere Jesús con las moradas? La palabra moradas tiene su raíz en un verbo griego que alude a establecerse en un lugar permanente o temporero. En esta ocasión, se desea enfatizar la garantía de que la morada celestial a la que se hace referencia es permanente y eterna. Esta afirmación, acompañada del recordatorio a los discípulos de que saben cuál es el camino, provoca en Tomás y Felipe el deseo de averiguar más. En el caso de Tomás, Jesús le dice que la manera de saber cuál era el camino, es afirmándole como el CAMINO, VERDAD Y VIDA. Por otro lado, Felipe interesa conocer cómo puede tener la certeza de llegar al Padre, a lo que Jesús responde que el que le ha visto a Él, ha visto al Padre.

Al igual que los discípulos del Señor, si tenemos deseos de averiguar, seremos informados que la mansión celestial hay muchas moradas permanentes o eternas. También, al igual que Tomás, tendremos un encuentro con el YO SOY que nos dirá que es el único medio para llegar al Padre. Finalmente, como Felipe, hallaremos en Jesús, al Hijo de Dios, en quien vemos al Padre. Sigamos con deseos de seguir averiguando porque el Señor nos mostrará cosas maravillosas y grandes verdades. Amén.