Este es el resumen del sermón ofrecido por nuestro Pastor, el Rvdo. Adolfo Santana Cordero, el domingo, 17 de mayo de 2015.
Texto Bíblico: Juan 17:6-19
En días recientes un familiar
compartió conmigo que había aplicado para ser jurado en el
tribunal. Estaba tan feliz porque lo habían llamado que me
impresionó su reacción. Aunque no puedo negar que este familiar
estaba conciente del riesgo al que se enfrentaba. Posiblemente, el
contacto con la familia se vería limitado, la interacción social no
sería la misma por miedo a ser identificado, etc. En palabras
sencillas, el que evalúa un juicio en nuestros días, tiene presente
lo que queda manifestado de un caso en particular, para llegar a sus
propias conclusiones.
El texto que tenemos delante de nosotros nos lleva a una de las oraciones de Jesús más emblemáticas y de alto contenido teológico. Sin embargo, de esta porción se desprende que la relación entre el Padre y el Hijo, no solamente es estrecha, sino que son lo mismo. Es decir, el Padre se encarnó en el Hijo. Podríamos considerar en esta perícopa que esta es la primera verdad que ha quedado manifestada. Segundo, que gracias a la obra redentora del Hijo y descansando en ello hemos venido a ser su posesión. Finalmente, Jesús pide que en medio de la vivencia en el mundo, el Padre nos cuide del mal y nos permita vivir en santidad. En este punto culminante de la oración de Jesús identificamos la seguridad con la acude a Su Padre para rogarle por los suyos. La mejor manera de expresar al mundo que todo nos ha quedado manifestado es vivir vidas santificadas, es decir, vivir vidas separadas por Dios y para Dios. Que asi nos permita él corresponderle. Amén.
El texto que tenemos delante de nosotros nos lleva a una de las oraciones de Jesús más emblemáticas y de alto contenido teológico. Sin embargo, de esta porción se desprende que la relación entre el Padre y el Hijo, no solamente es estrecha, sino que son lo mismo. Es decir, el Padre se encarnó en el Hijo. Podríamos considerar en esta perícopa que esta es la primera verdad que ha quedado manifestada. Segundo, que gracias a la obra redentora del Hijo y descansando en ello hemos venido a ser su posesión. Finalmente, Jesús pide que en medio de la vivencia en el mundo, el Padre nos cuide del mal y nos permita vivir en santidad. En este punto culminante de la oración de Jesús identificamos la seguridad con la acude a Su Padre para rogarle por los suyos. La mejor manera de expresar al mundo que todo nos ha quedado manifestado es vivir vidas santificadas, es decir, vivir vidas separadas por Dios y para Dios. Que asi nos permita él corresponderle. Amén.