Renovados en el espíritu

Texto bíblico: Efesios 4:23

Hablar de renovación, comúnmente, se relaciona con cambios. Por eso, al momento de escuchar esta palabra, con naturalidad ponemos resistencia, consciente o inconscientemente. En otras palabras, los cambios nos mueven de la zona cómoda, nos hacen repensar las cosas que hasta ahora hemos hecho y nos mueven a la acción de cambio. Sepa usted y yo, que precisamente así es la manera en la que Dios obra en usted y en mí, por medio de su Santo Espíritu. En muchas ocasiones, ese obrar de Dios produce unos resultados en nuestras vidas que no necesariamente están ligados a lo que nosotros deseamos, sino a lo que Dios desea. Si eso es así en nuestra vida personal, ¿será así en la vida de la iglesia? La respuesta es un SI bien grande.

Una comunidad de fe, la iglesia, siempre vive amparada no sólo pensando y actuando sobre lo que ve, sino que vive con la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1). Por ello, cuando hablamos de vivir "renovados en el espíritu", lo hacemos sabiendo que Dios nos sacó de nuestro estado espiritual de muerte y nos regaló en su Hijo la vida eterna y abundante que hoy disfrutamos y reflejamos al mundo. Pienso que esta verdad es la renovación espiritual más radical que ustedes y yo vivimos y, por la cual, le damos gracias a Dios. Pero, ¿será ésta la única renovación que provoca el Espíritu Santo en la Iglesia? Lancémonos, pues, durante la celebración de nuestro Aniversario con sensibilidad de espíritu a experimentar el renovar de Dios en nosotros y nosotras. Que así Él nos ayude.