¿Qué vas a traer?

Este es el resumen del sermón ofrecido por nuestro Pastor, el Rvdo. Adolfo Santana Cordero, el pasado domingo, 13 de septiembre en nuestra Iglesia.

Texto bíblico: Marcos 9:14-29

Al momento de organizar una fiesta tomamos en cuenta lo que podemos ofrecer a los invitados, pero también hacemos una lista de lo que los invitados pueden traer para compartir en la fiesta. Nuestra cultura y tradición nos mueven a que cuando somos convidados a una fiesta no vayamos con las manos vacías. Es precisamente este último aspecto el que deseamos resaltar de este pasaje bíblico. Veamos...

Recordaremos que Jesús viene bajando con parte de sus discípulos del encuentro maravilloso en el monte donde ocurrió su transfiguración. Sin embargo, a diferencia de otros relatos, en este pasaje es Jesús el que se acerca a la multitud. Al aproximarse, ve a sus discípulos discutiendo con los escribas, aunque el pasaje no dice las razones, parecería ser que tiene que ver las acciones de los discípulos con el joven endemoniado. Es por eso que ante la pregunta que realizó Jesús, de por qué disputaban entre ellos, salió un hombre de entre la multitud y comenzó a explicarles lo que le sucedía a su hijo. Es decir, este padre resalta a Jesús lo que ha sido motivo de discusión y de falta adecuada de atención por los discípulos y los escribas. Se han concentrado en la pelea, quizás de lo puro o impuro, del rechazo o la aceptación, de la enfermedad o sanidad de aquel joven y su padre. Ante aquella multitud, los discípulos no han estado atendiendo la necesidad de aquel joven. A tales efectos, el padre comparte con Jesús todo lo que ha hecho con su hijo, todo lo que ha intentado para verle bien y funcional en medio de la sociedad, pero nada ha funcionado. Entonces, el padre ante la necesidad y reconocimiento de Jesús, el Maestro, se rinde a sus pies y le trae su incredulidad para que Él se manifieste ante su necesidad y la de su hijo.

Si hay algo que ustedes y yo estamos llamados a traer delante del Señor es nuestra incredulidad. Que no es solamente creer en Él para salvación, sino poder creer que lo puede todo en medio de nuestras necesidades. Pidámosle a Dios que día a día por medio de su Espíritu aprendamos a descansar y confiar en Él. Así nos ayude. Amén.