miércoles, 25 de mayo de 2016

Ese/a no rompe un plato, rompe la vajilla entera

La frase “ese/a no rompe un plato, sino que rompe la vajilla entera” se utiliza, a mi manera de verlo, para alertar a otro sobre la manera en que otra persona actúa o procede sobre diferentes situaciones que no son del agrado de quien dice la frase. Es necesario, utilizar esta frase con otra persona que no conozca a quien se señala o se enjuicia con ella, para predisponerla en su contra. Por lo tanto, al utilizarla se promueve el prejuicio, entre otras cosas. ¿En qué tiene que ver esta frase con el texto de Juan 20:19-23? Recuerde que los discípulos han sufrido la pérdida del Maestro en la vil muerte en la Cruz y, junto a ello, se les ha comenzado a identificar directamente como sus seguidores, así nos lo deja saber el texto. Ese “miedo a los judíos”, es producto de esa realidad. Esto nos permitiría concluir que para los judíos, los discípulos eran amenazantes y, o sea, a igual que Jesús eran capaces de “romper la vajilla entera.” Cualquier se mantiene a puerta cerrada. Sin embargo, Jesús se les aparece y les dice: “Paz a vosotros”. En otras palabras, a puertas cerradas no vivirán plenamente, ni darán testimonio, como Yo espero de ustedes. Experimentar y vivir la “Paz” no se logra desde la individualidad, sino desde la interacción con cada experiencia de vida. ¡Vivamos en la Paz de Dios y que su Espíritu nos dé razones para seguir viviendo en el nombre de Él!