Preocupado y tranquilo a la vez

Texto bíblico: Salmo 55:22

Hay tres principios fundamentales que como creyentes podemos afirmar ante cualquier preocupación:

1. La preocupación nos lleva a "echar sobre Él (Dios) nuestra carga". De una manera más concreta, Jesús lo deja como ejemplo cuando dice: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar." (Mateo 11:28)

2. La preocupación nos lleva a pensar en huir, pero ese mismo pensamiento Dios lo utiliza para que esperemos en su providencia ("Él te sustentará"). Un comentarista bíblico expresa lo siguiente sobre la idea de huir: "El huir no sana el foco más profundo de la angustia." Desde esa perspectiva  huir se define como alejarse de un lugar o situación sin explicación. (Salmo 25:12-22)

3. La preocupación constante nos lleva a mirar el porvenir con la convicción y la esperanza de Dios nos ayudará ("No dejará para siempre caído al justo")

Cuando las cosas vayan mal
como a veces pasa,
cuando el camino parezca cuesta arriba,
cuando tus recursos mengüen
y tus deudas crezcan,
y al querer sonreír,
tal vez suspires,
cuando tus preocupaciones te tengan agobiado,
descansa en Dios,
y saca un tiempo para ti,
pero nunca te rindas.
(Autor Anónimo)