¡Alumbra algo!

Todos nosotros en el período navideño escuchamos aguinaldos que han venido a formar parte de nuestro cancionero más conocido. Uno de ellos es el que dice: "Yo tenía una luz que a mí me alumbraba y venía la brisa fuá... y me la apagaba y venía la brisa fuá... y me la apagaba." Este aguinaldo busca describir la realidad en el PR de antaño, donde alumbraban las casas con velas o quinqués y a cualquier brisita de temporada podía apagarlas.

Sn el texto que nos compete hoy, el profeta Isaías levanta su voz  ante un pueblo sumido en el pesadumbre del exilio, en la influencia de otra cultura y la imposición de nuevas creencias religiosas. Muchos de los integrantes del pueblo de Israel exiliados, ante su nueva realidad, sucumbieron y comenzaron a vivir conforme a lo presentado allí. Sin embargo, el profeta les exhorta a recordar que Dios es luz, y que esa luz fue la que en el pasado sacó a sus ancenstros de las tinieblas de la esclavitud de Egipto. Por lo tanto, ese Dios tiene el poder de librarles de esta nueva situación que como pueblo enfrentan y viven. Para ello, tenían que reconocer la luz que brilla en medio de ellos, Dios, y caminar en pos de esa luz y alumbrar en su nombre. ¡Demos gracias a Dios por Su luz en nosotros, Jesús!