lunes, 4 de febrero de 2013

Confesando nuestra fe histórica

"En Jesucristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo. Jesucristo es Dios con el ser humano. Él es el Hijo eterno del Padre, quien se hizo hombre y vivió entre nosotros para cumplir con la obra de la reconciliación. Él está presente en la iglesia por el poder del Espíritu Santo, para continuar y completar su misión. Esta obra de Dios, el Padre, Hijo y Espíritu Santo, es el fundamento de todas las declaraciones confesionales acerca de Dios, el ser humano y el mundo. Por lo tanto, la iglesia llama a los seres humanos a reconciliarse con Dios y unos con otros."
La Confesión de 1967, 9.07