Enfrentando la tentación

"Respondiendo Jesús, le dijo: Dicho está: No tentarás al Señor tu Dios. Y cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se apartó de él por un tiempo." - Lucas 4:12-13 

Me llegó la siguiente historia a la mano, durante esta semana, la cual comparto con ustedes. "Un hombre recién convertido al Evangelio estaba en el patio de su casa. De momento, siente algo en su brazo y era una hormiga brava que lo estaba picando. Su esposa se encontraba cerca de él y lo observa, buscando ver cual sería la reacción de él. Para el asombro de su esposa, el hombre se sacó la hormiga de encima y le dice: "Vete y no peques más". La pregunta que nos tenemos que hacer, ¿cómo reaccionamos diariamente a las tentaciones? 

Una tentación, desde el punto de vista cristiano, es una incitación de Satanás (el diablo o el enemigo) a distanciarnos de nuestra comunión y relación con Dios. La tentación podríamos verla como la lucha intensa e interna entre: obedecer y desobedecer; hacer y dejar de hacer; aceptar y no aceptar; decir y dejar de decir. Es el proceso cognitivo y decisional de nuestra conducta ante las situaciones que se nos presentan. Jesús tuvo que sufrir la tentación (Hebreos 4:15) y los ejemplos de ello los identificamos en el pasaje bíblico que consideramos hoy. 

En primera instancia, Jesús fue llevado por el Espíritu de Dios, es decir, estuvo dentro del plan de su Padre, la experiencia del desierto. Lugar de retiro, purificación y fortalecimiento. Fue allí, donde Jesús comenzó su preparación para su ministerio público, donde fue tentado por el diablo. Esa primera tentación, tuvo como intención de ataque, la relación de pacto de él con su Padre. La incitación a convertir las piedras en pan, no es más que una alusión a la alimentación en el desierto del pueblo de Israel con el maná, junto a la afirmación de Dios cuando les dijo: " y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios." (Ex. 16:12) Es por eso, que Jesús enfrenta la tentación afirmando la Palabra, "no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca del Hijo de Dios." Luego, hace un segundo intento el diablo y subiendo a Jesús a un monte alto, tiene como agenda tentarle en su comunión con Dios. En ese lugar, le ofrece todo lo que posee, la condición era que postrado le adorara. Esta tentación, el Señor la enfrenta, nuevamente, con la Palabra. Le responde al diablo: "Al Señor tu Dios adorarás y al sólo servirás". Esta expresión es conocida como el SHEMA YSRAEL, en otras palabras, fue el momento luego de haber recibido los Diez Mandamientos y Dios se pronuncia al pueblo hebreo para afirmarles la comunión que Él tendría con ellos. En tercer lugar, fue tentado con la blasfemia. El diablo llevándolo al pináculo del templo, le pronuncia la Palabra de Dios, obviamente, intentando aludir a los poderes de Jesús, como Hijo de Dios. Lo cual confronta diciendo: "No tentarás al Señor tu Dios". Interesantemente, el diablo, pretendiendo hacer claudicar la autoridad de Jesús, sale confrontado por la Palabra de Dios. Permita el Señor, que nosotros de la misma manera podamos enfrentar las tentaciones amparándonos en su Palabra.