Domingo de la Trinidad

Este domingo es el primero que sigue a la celebración de Pentecostés. En esta oportunidad, se celebra la doctrina cristiana de la Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Como celebramos el domingo pasado, en Pentecostés nace la Iglesia y su labor misionera; hoy, al meditar en el misterio de la Trinidad, iniciamos el nuevo trayecto de reflexiones acerca de la labor de la iglesia conforme al año litúrgico que continúa hasta la celebración de Adviento. En el domingo de la Trinidad, el color litúrgico que predomina es el blanco; sin embargo, hemos decidido dejar el color rojo como símbolo del agente motor de la respuesta misional de la Iglesia, el Espíritu Santo. Por eso, comenzamos este tiempo de reflexión como Iglesia, haciendo eco de la pregunta número 25 del Catecismo de Heidelberg: "Puesto que hay una sola Deidad ¿por qué se habla de tres; Padre, Hijo y Espíritu Santo?" La respuesta a esa pregunta es: "Porque Dios lo ha revelado así en su Palabra, que estas tres distintas personas son el único, verdadero y eterno Dios." Caminemos juntos esta travesía. Amén.