Confesando nuestra fe histórica

"La libertad que Cristo ha comprado para los creyentes bajo el evangelio consiste en su libertad de la culpa de pecado, de la ira condenatoria de Dios, de la maldición de la ley moral, de la maldad del mundo actual, de la esclavitud de Satanás, del dominio del pecado, de la malignidad de las aflicciones, de la amenza y el terror de la muerte, del triunfo de la tumba, y de la condenación eterna. Les permite, además, el libre acceso a Dios y obedecerle no con temor servil, sino con amor filial y una mente dispuesta. Todas estas libertades fueron comunes también para los creyentes sujetos a la ley, pero bajo el Nuevo Testamento se ha ampliado aún más la libertad de los creyentes, por el hecho de estar libres del yugo de la ley ceremonial a que estaba sometida la iglesia judía, y en que tienen mayor confianza y osadía para ir al trono de la gracia, gozar de comunicaciones más abundantes del libre Espíritu de Dios que aquells de las cuales participaron los creyentes bajo la ley."
Confesión de fe de Westminster 6.108