1. No alimentes a tu hijo con migajas de atención: dale todo el tiempo que necesite.
2. No pretendas demostrar tu amor simplemente con regalos materiales. Un abrazo a tiempo puede más que todo lo demás.
3. Oye a tu hijo. No le hagas creer que te estorba o te aburre. Lo que él quiere decirte siempre es importante.
4. Elogia a tu hijo más a menudo. Tú eres el mejor arquitecto de su autoestima.
5. Jamás disminuyas a tu hijo en presencia de nadie. Un hijo siempre espera de su padre un respeto compasivo y un amor activo.
6. Juega con tu hijo, diviértete con él. El mejor recuerdo que tendrá de ti será el de los tiempos felices que pasaron juntos.
7. Sé justo sin aspereza, fuerte sin abusar de la fuerza, espléndido sin excesos que malcrían, y vigilante sin coartar libertades apropiadas.
8. Comprende a tu hijo en sus problemas. Si se equivoca, oriéntalo, si se comporta mal, corrígelo; pero jamás lo humilles, pues si le haces sentir infeliz, dañarás para siempre su carácter.
9. Siempre sé ejemplo: si no quieres que tu hijo fume, no seas fumador tú, y si no quieres que beba alcohol, sé tu abstemio. Los hijos se guían más por lo que ven que por lo que oyen.
10. Lleva a tu hijo a los pies de Cristo. No lo dejes envejecer para que escoja su religión, porque generalmente, nunca lo hará correctamente. El mejor regalo que puedes hacer a tu hijo es el compartirle tu FE.
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