Nuestra Identidad Espiritual

Texto bíblico: Lucas 3:21-22

Nosotros los seres humanos tenemos una lucha constante entre las opiniones y las convicciones. De hecho, el texto que estamos considerando hoy, es uno donde podemos identificar no una opinión, sino una convicción del Padre en su Hijo Jesús. Hablar de opiniones y convicciones nos lleva a hacernos la pregunta: ¿quién soy? Esta pregunta nos invita a reflexionar sobre nuestra verdadera identidad.

El pasaje del Bautismo del Señor relatado por Lucas, no solo lo podemos ubicar en un momento histórico romano, sino que fue el evento más importante de la vida de Jesús. Él sometiéndose al ritual judío, por nosotros y lo hizo para hacernos parte de su familia. Al escucharse la voz del cielo que dijo: "Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia." El Padre estaba poniendo en evidencia la convicción que hallamos en Jesús. Es decir, al nosotros entrar a la vida de la Iglesia a través del Bautismo la convicción de que Dios nos ama es irrevocable.

Por otro lado, este evento sirvió como preámbulo al inicio de su ministerio público, por lo que viene a ser para nosotros la expresión divina del pacto. Recordemos que Jesús fue tentado, por lo tanto, la convicción del Padre en Él fue puesta en entredicho por opiniones de Satanás en tres ocasiones. Ante tales opiniones, Jesús enfrentó las mismas convicciones y las sostuvo con la Palabra. Nos ayude el Señor a discernir siempre sobre cuál es nuestra identidad espiritual. Que sea así. Amén.

(Anotaciones del Pastor Santana del sermón del domingo, 29 de junio ofrecido por el Pastor Gavaldá)