Texto bíblico: Mateo 21:28-32
Hace unos años atrás me inicié como cuentista de mi hija. Esto me llevó a conocer el cuento de: La gallinita roja y la espiga de trigo. El cuento relata que la gallinita roja un día encontró en el suelo una semilla de trigo y pidió ayuda a dos de sus acompañantes de vida, el gallo y el ratón, para que le ayudaran a sembrarla. Ellos se negaron, entonces, ella decidió hacerlo solita. En varias instancias, la gallinita solicitó la colaboración del gallo y del ratón y ellos se negaron a recoger el trigo, llevar al molinero, preparar la masa de harina y hornear el pan. Sin embargo, al finalizar cada una de las tareas que le correspondió completar a la gallinita roja solita, y tener el pan horneado servido en la mesa, estuvieron muy dispuestos a colaborar en consumirlo.
El cuento no culmina ahó, hubo una segunda oportunidad para el gallo y el ratón. Así que, cuando llegó el momento de encontrar una semilla de trigo en el suelo, no esperaron a que la gallinita roja solicitara ayuda, sino que actuaron de inmediato. Sembraron la semilla, regaron la planta, recogieron el trigo, lo llevaron al molinero, hicieron la masa de pan y lo hornearon. Al tener el pan servido en la mesa, disfrutaron todos juntos del trabajo realizado.
Este cuento está relacionado a la aplicación que Jesús desea darle a la historia que está compartiendo con los sacerdotes y ancianos de Israel. En primer lugar, el padre de la familia, o sea Dios, es el que llama y lo hace sin distinción de personas. Segundo, el llamado es, primeramente, al arrepentimiento y luego al servicio desinteresado. Es por eso, que vemos la comparación que Jesús hace de las rameras y los publicanos en su mensaje, frente a la no respuesta de los sacerdotes y los ancianos a la prédica de Juan el Bautista. La importancia de la viña es que en ella se congregan aquellos alcanzados por Jesús y que han sido movidos al arrepentimiento. ¡Gracias sean dadas a Dios! Amén.