"¿Señor? ¿Para qué?"

Resumen del sermón ofrecido por nuestro Pastor, el Rvdo. Adolfo Santana Cordero, el domingo, 23 de noviembre de 2014. 

Lectura Bíblica: Mateo 25:31-46; Efesios 1:15-23

El papá de Pepito le pregunta: ¿cómo te fue en el examen, Pepito? No sé papá - le responde. Pero, ¿sabías que los profesores son muy religiosos? El papá le pregunta: ¿por qué? Pepito le dice: Porque a cada rato me decían, ¡Ay Dios mío, ayúdalo! Este chiste es un reflejo, a mi entender, de la expresión que haría Jesús en nuestros días ante la pobre afirmación de Él como nuestro Señor.

Hemos decidido mirar junto a ustedes dos pasajes bíblicos del leccionario. Ambos textos invitan a afirmar el señorío de Cristo en nuestras vidas de diversas formas. De hecho, esa afirmación no sería una realidad en nosotros sin el obrar del Espíritu Santo que es el que alumbra los ojos vuestro entendimiento. ¿Para qué? (1) Para saber cual es la esperanza a que Él os ha llamado. En el evangelio de Mateo hay una clara alusión a los escogidos y los no escogidos en la imagen de las ovejas y los cabritos. Sin embargo, esa esperanza a la cual ha llamado el Señor a sus ovejas es una donde se corresponde con acciones concretas y tangibles (Mt. 25:37-40). (2) Para saber cuales son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. Una herencia es algo que llega a nuestras manos sin merecerlo. Mas aún, es algo que antes de tenerlo no nos pertenecía. El poseer una herencia (eterna) junto con otras personas nos debe mover a no hacernos de la vista larga ante las necesidades de otros. (3) Para saber cual es la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza. Siendo que Jesús como se afirma en la lectura de Efesios es la cabeza de la Iglesia sus implicaciones para nosotros hoy son muy retantes. Por ejemplo, si decimos que Jesucristo es nuestro Rey, Señor y Cabeza de la Iglesia nuestro proceder y accionar deben estar nsonos con Él.