Resumen del sermón ofrecido por nuestro Pastor, el Rvdo. Adolfo Santana Cordero, el domingo, 30 de noviembre de 2014.
Lectura Bíblica: Mateo 13:24-37
El pasado jueves tuvimos la oportunidad de compartir, ya sea en la Iglesia o en familia, las expresiones de gracias hacia Dios por todas las bondades y misericordias que ha derramado sobre los nuestros y nosotros. Sin embargo, eran muchas más las personas que esperaban con ansias y en vigilia la llegada del “Viernes Negro”. Exponiéndose, innecesariamente, a un ambiente inseguro y a expensas de las conductas desenfrenadas de otros. El texto que estamos considerando este primer domingo de Adviento parece fuera de temporada y contexto, pero cuando profundizamos un poco no es así. Veamos…
En esta perícopa podríamos identificar varias imágenes para explicar la llegada del Hijo del Dios o el Hijo del Hombre, pero solamente utilizaré tres de ellas para explicar la importancia de la Vigilia. En primera instancia, la Vigilia es cuando se mantiene una persona despierta en medio de la noche y atenta a lo que acontece alrededor. De hecho, ustedes y yo como creyentes estamos en Vigilia constante, pero NO como la vigilia de aquellos que viven asustados o con temor, sino una Vigilia esperanzada en la presencia permanente de Dios en medio nuestro (Sal. 4:8). Además, la importancia de la Vigilia estriba en que Dios obra y cubre poderosamente a los suyos (V.26). También, nos compara con la higuera, donde espiritualmente estábamos sin vida, pero luego llegó el tiempo del verdor y la vida abundante. Es en esa imagen que vemos cómo la llegada del Hijo del Hombre es un momento de expectación esperanzadora y NO como otros interpretan ese día lleno de angustias y pesar. Finalmente, en el versículo 31 al decir: “el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Hay una clara alusión a que esta vida es breve y terminará, aunque el creyente está invitado a NO descansar en cosas temporales y SI en las promesas y enseñanzas contenidas en la Palabra de Dios. Esa es la importancia de la Vigilia, descansemos en esa verdad. Amén.