¿Celo de qué?

Este es el resumen del sermón ofrecido por nuestro Pastor, el Rvdo. Adolfo Santana Cordero, el domingo, 8 de marzo de 2015.

Texto bíblico: Juan 2:13-22

Leía en días recientes la siguiente ilustración.

     Se cuenta que un rey invitó a todos sus súbditos a las fiestas de bodas de su hija. Hablándoles al corazón les hizo una petición: "Que cada uno traiga una botella de vino para festejar y disfrutar de las bodas." Llegado el día señalado, el palacio estaba lleno de invitados que compartían animadamente unos con otros. Según iban entrando tenían que verter su botella de vino en unos grandes toneles que el rey había ordenado preparar en el patio del palacio.
     Uno de los súbditos del rey pensó que no había necesidad de que él llevara su botella llena de vino, pues como todos la iban a llevar no pasaría nada si faltaba la suya. Para disimular él llevaría una botella de agua. Así lo pensó y así lo hizo.
     Llegó un momento en que el rey quiso disfrutar del buen vino que sus súbditos habían traído y convidó a todos los invitados a que lo disfrutaran con él. Fueron al patio y el rey, con un vaso en la mano, abrió la espita del primer tonel y para sorpresa de todos, sólo salió agua. El rey, sorprendido y turbado, fue al segundo tonel y abrió la espita y salió agua. Así siguió el rey con el resto de los toneles y en todos salía agua. El rey estaba todo irritado, decepcionado y herido por lo sucedido. Sencillamente pensó, que todos habían pensado lo mismo: "Los demás lo harán, otro llevará el vino; así que si yo llevo agua, no se notará".
     Esta historia es el reflejo del texto que nos compete hoy. Este pasaje bíblico nos lleva a mirar la experiencia de Jesús en el templo. Sin embargo, pienso que si entrara a la Iglesia volcaría nuevamente las mesas, las mesas de nuestras vidas, para que dejemos de autosatisfacernos y de seguir acomodados, y nos movería a compartir la alegría que produce en nosotros la resurrección. De hecho, la nueva vida en Cristo que disfrutamos hoy, nos mueve a tener celo de su Palabra y velar por compartir con otros cada una de sus promesas. ¿Celo de qué? Pidámosle al Señor que nos permita tener celo de cada una de sus promesas. Que así nos ayude Él . Amén.