Este es el resumen del sermón predicado por nuestro Pastor, el Rvdo. Adolfo Santana Cordero, el pasado domingo, 15 de marzo de 2015.
Texto: Juan 3:14-21
¿Cuántas veces al día hemos tenido que
enfrentarnos con situaciones que nos dejan boquiabiertos y sorprendidos?
Problemas personales y familiares, enfermedades, guerras, violencia doméstica e
infantil, entre otras. Momentos de vida como éstos nos llevan a la incredulidad,
en muchas ocasiones, aún siendo creyentes. Como parte de los versículos que
hemos leído hoy, se encuentra uno de los más conocidos, Juan 3:16. Por eso, la
gran verdad contenida en este versículo, quisiera ilustrarla a la luz de la siguiente
historia.
"Una mujer borracha
entró el domingo en una Iglesia y aceptó a Jesucristo como Señor y Salvador. El
Pastor de la Iglesia fue a visitar a su esposo al día siguiente y vio que era
un mecánico muy conocido y ateo. Él le hizo saber al Pastor que estaba muy
disgustado por la conversión de su esposa, y le dijo que no tenía ninguna duda
de que ella volvería pronto a sus borracheras. Seis meses después, este mismo
hombre visitó la Iglesia junto a su esposa. Al finalizar el Servicio de
Adoración le dijo al Pastor: “Sigo siendo ateo, pero en los últimos seis meses
he tenido un libro abierto en mi hogar, en la persona de mi esposa, que no
puedo refutar. He llegado a la conclusión de que debo estar en error. Parece
que lo que ella experimentó aquí hace seis meses, la cambió, de una mujer
borracha a convertirla en una esposa encantadora, amable, paciente y amorosa.
¿Qué fue lo que sucedió con ella aquí?"
Si hay un tema que debería
estar por encima de cualquier otro, es el mensaje contenido en Juan 3:16.
Verdad que está llena de gracia, de perdón, de misericordia y de amor. Es la
proclamación de ese Evangelio que nos lleva a la Sola Fe y a la gratitud a Él,
como en el caso de la mujer en la historia. Permita Dios, que otros que se encuentran
en las incredulidades de la vida, vean en nosotros a un/a creyente que confía y
descansa Sólo en Cristo y testifica de Él. Amén.