¿A dónde nos puede llevar la tradición?

Texto bíblico: Lucas 10:25-37

Recientemente, retomé la cátedra en el Seminario Evangélico de Puerto Rico donde ofrezco el curso de principios denominacionales de la Iglesia Presbiteriana U.S.A. en Puerto Rico. La primera clase tuvo que ver con el tema de la tradición reformada. Sin embargo, para poder entender mejor de dónde venimos, tenemos que articular mejor la palabra tradición. Según, el teólogo reformado John Leith, la tradición cristiana es dinámica, es humana, es obra del Espíritu Santo y es Cristo-Céntrica. Veamos...

Dinámica en cuanto a que la tradición del mensaje del evangelio se impregna en una comunidad de fe que dirigida por el Espíritu Santo y el estudio de las Escrituras vive el mensaje recibido. Humana porque la comunidad que recibe el mensaje está compuesta por hombres y mujeres imperfectos, por lo que la tradición se afecta por la influencia de sus componentes. Dirigida por el Espíritu Santo, ya que el motor de la Iglesia siempre habrá de ser el discernimiento al que sometemos cada paso de la comunidad de creyentes. Finalmente, es Cristo-Céntrica, no cabe la menor duda que el mensaje que nos ha dejado la tradición cristiana es que Cristo es el Centro de TODO.

La pregunta que nos hacemos es, ¿qué tiene que ver esta introducción con el pasaje bíblico leído? Este relato es la confrontación de Jesús hacia u  erudito de la ley. Éste interpela a Jesús con una pregunta fundamental, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? Jesús le responde, debidamente, ¿por qué mejor no me ilustras? Interesantemente, aquel legalista corresponde al Maestro adecuadamente. Le dice que el amor a Dios y al prójimo es lo que se necesita. El problema de él fue querer poner en encrucijada a Jesús en relación a quién es el prójimo. La explicación dada por Jesús para ilustrar a este hombre fue contándole la parábola del Buen Samaritano. En síntesis, la historia nos lleva a afirmar que Jesús desea que actuemos con misericordia y amor con todo el mundo. Al final del relato, Jesús le pregunta al legalista sobre quién había obrado mejor con el prójimo. La respuesta del legalista fue un ejercicio sincero de dejar a un lado la tradición y expresar con sus labios: "aquel que tuvo misericordia." Jesús le replica: "Haz eso y vivirás."

La tradición cristiana nos puede llevar a enfocarnos en los hombres y sus ideas y deseos. Mientras, que el Evangelio y su mensaje impregnado en la tradición cristiana nos lleva a mirar a todo el que nos rodea como nuestro prójimo y a extenderle nuestras manos amorosas en nombre del Señor. Así nos ayude Él.