Sólo su poder

Texto bíblico: Lucas 5:12-15

Hay un cántico muy conocido por nosotros como congregación que dice:

Sólo el poder de Dios,
puede cambiar tu ser.
La prueba yo te doy,
Él me ha cambiado a mí.
¿No ves que soy feliz,
sirviendo a mi Señor?
//Nueva criatura soy, nueva soy.//

Al mirar la historia del leproso sanado por Jesús, resuena a nuestros oídos este hermoso cántico. La pregunta que nos hacemos es, ¿habrá algo imposible para Dios? Este relato nos presenta a uno de los muchos personajes, anónimos, con los que Jesús interviene. Este hombre tenía la enfermedad de la lepra. Dicha dolencia era suficiente para experimentar el rechazo de los demás y ser identificado como una no-persona. Además, una persona con lepra, si tenía que moverse públicamente debía anunciarlo y gritar: “¡INMUNDO! ¡INMUNDO!” Me parece que la vida de un leproso era terrible.

Sin embargo, es bajo esa circunstancia que Jesús deseaba hacer ministerio y brindar una enseñanza a todo aquel que le seguía. Así que, ante el reclamo de aquel hombre con lepra que se postró ante el Hijo de Dios, y le solicita a Jesús que le limpie, Jesús, sencillamente, corresponde a su reclamo y lo limpia. Lo poderoso es que lo hace porque Él quiere.
 Afirmar que le servimos a un Dios Todopoderoso, es confesar que en Él hallamos “al todo en todo”. Es decir, aquel leproso se acercó a Jesús con el deseo de ser y quedar limpio, pero eso sería posible, sólo si Jesús quería. Amado hermano y hermana, todos pasamos por momentos difíciles y de necesidad, es tiempo propicio para acudir delante de la presencia del Señor, humillarnos ante sus pies y pedirle que obre en medio nuestro. Lo grandioso de todo esto es que Dios es TODOPODEROSO, para Él no hay nada imposible. ¡Bendito sea el nombre del Señor por siempre!